¿Mitigamos los causantes del cambio climático o nos adaptamos a él?

Ana María Mahecha es candidata a doctorado en Geografía de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey, Estados Unidos.

Ana es amiga de 3colibrís y comparte un horizonte de ruralidad alternativa conectada con las ciudades y llena de sentido.

Para esta edición de 3colibrís, Ana nos comparte las reflexiones que ha suscitado su investigación sobre las redes agroecológicas que generan barreras y oportunidades para los pequeños agricultores, en contextos de intensificación de los efectos adversos del cambio climático, para garantizar la seguridad y soberanía alimentaria mundial.

Fuente: Ana María Mahecha.

Para la elaboración de este artículo, nos hemos encontrado Ana Mahecha y Ana Prada para compartir palabra muy al estilo de 3colibrís, construyendo conocimiento sobre un tema que está comenzando a tratarse [1] en la literatura agroecológica: las redes y conexiones que se configuran alrededor de procesos agroecológicos como estrategias de adaptación/mitigación al cambio climático, visto como un asunto económico, político y social que afecta la vida cotidiana de la sociedad civil.

 

Fuente: 3Colibrís.

Ana Mahecha se especializa en comprender desde la geografía, las motivaciones que están detrás de los procesos agroecológicos y las conexiones que se configuran en contextos locales, que buscan andar por la senda del bien vivir. Por su parte, Ana Prada se especializa en el estudio de los procesos organizativos rurales, como escenarios de construcción de la vida querida. 

A través de investigación etnográfica con procesos agroecológicos de Subachoque, Guasca y Sumapaz, Ana Mahecha, interesada en procesos micro-políticos de transformación personal y comunitaria, ha explorado cómo las acciones que emergen como respuesta a los modos dominantes de la agricultura y el consumo de alimentos pueden fomentar asociaciones creativas entre prácticas, agencias y materialidades que pueden tener un efecto en las economías de los pequeños productores, sus entornos y sus capacidades de adaptación y mitigación al cambio climático.


«Ana Mahecha, interesada en procesos micro-políticos de transformación personal y comunitaria, ha explorado cómo las acciones que emergen como respuesta a los modos dominantes de la agricultura y el consumo de alimentos pueden fomentar asociaciones creativas»

Si bien el debate alrededor del cambio climático ha suscitado reflexiones desde las ciencias, principalmente naturales y económicas, investigaciones como las de Ana Mahecha muestran que las ciencias sociales y las humanidades son clave para pensar procesos transformativos hacia futuros más sustentables y equitativos. Integrando marcos conceptuales como los de las economías comunitarias, las redes alimentarias alternativas y la transformación para la sostenibilidad, Ana contribuye al debate sobre las aspiraciones de sostenibilidad contemporáneas, basada en procesos de transformación radicales. 

Pequeños productores, tanto campesinos como neo-rurales, están emprendiendo proyectos de vida que cuestionan el statu quo, en los que encaja la perspectiva agroecológica, que contribuyen a resolver problemas de seguridad y soberanía alimentaria, a la vez que permiten procesos de mitigación y adaptación al cambio climático. Se ha encontrado que los proyectos se originan a partir de motivaciones propias o voluntades políticas, estas últimas manifestadas en programas de agricultura sostenible, de protección de cuencas y ecosistemas estratégicos.

Fuente: 3Colibrís.

A pesar de todos los esfuerzos, el proceso de conectarse con circuitos comerciales basados en el comercio justo y que reconozcan los valores agroecológicos, no ha sido fácil. Esto puede ser un riesgo para la economía familiar campesina, pues puede llegar a afectar la voluntad de seguir adelante con sus proyectos agroecológicos, sobretodo cuando se vive principalmente de la agricultura. En este sentido, pensar en adaptación y mitigación en el ámbito agrícola no se puede limitar únicamente a la finca.

Fuente: 3Colibrís.

Diferentes estudios han reconocido que la agroecología contribuye a la conservación del medio ambiente y así mismo a la adaptación al cambio climático, minimizando los impactos y reduciendo la vulnerabilidad de las poblaciones campesinas, debido a su enfoque holístico e integrado con principios ecológicos Sin embargo, los campesinos siguen teniendo desafíos económicos latentes que amenazan su capacidad de adaptación al cambio climático: altos costos de producción, dificultad para acceder a mercados que pueden fomentar un comercio más justo y sostenibilidad económica, y la falta de compromiso de los consumidores al comprar productos agroecológicos. Por eso es vital comprender que las respuestas a los cambios ambientales globales también tienen que ser entendidas desde los circuitos de comercialización de alimentos, en los que los diferentes actores como promotores de mercados locales y alternativos, consumidores y otros actores que promueven la agroecología, también pueden tener un papel activo en las acciones micropolíticas que buscan una transformación radical necesaria para un mundo con escenarios de cambio climático.

Fuente: 3Colibrís.

En nuestra experiencia como 3colibrís visitando a agricultores, guardianes de semillas, cooperativas de productores y mercados agroecológicos, hemos encontrado que el movimiento agroecológico latinoamericano es heterogéneo,  subversivo, incluyente, está cargado de sentido simbólico y además abarca un amplio espectro de enfoques (permacultura, agricultura sintrópica, agroecología, agricultura biológica, agricultura biodinámica, agricultura ecológica, agricultura campesina, agricultura orgánica, agricultura biointensiva, entre otras).  


«el movimiento agroecológico latinoamericano es heterogéneo,  subversivo, incluyente, está cargado de sentido simbólico y además abarca un amplio espectro de enfoques»

No nos equivocamos cuando decimos que la pequeña agricultura alimenta al mundo y suele hacerlo de manera sustentable. Según la FAO, el 90% de las explotaciones agrícolas son administradas por familias, el 80% de los alimentos vienen de agricultores familiares. Como ya lo habría afirmado el filósofo alemán Karl Polanyi a inicios del siglo XX, cada movimiento tiene un contramovimiento. La instalación de la revolución verde en las fincas de Latinoamérica durante la segunda mitad del siglo XX, produjo efectos adversos para los pequeños productores provenientes de los tratados de libre comercio y conflictos agrarios, que trajeron consigo la consolidación de contramovimientos agrícolas, dando vida a nuevas formas organizativas y novedosos mecanismos de acción social, organizados en defensa de las territorialidades y las cosmovisiones que en ellas habitan. Formas que en la actualidad dialogan con los saberes ancestrales, las tecnologías y la academia.

Fuente: 3Colibrís.

El campo latinoamericano se está renovando de esperanza para consolidar estilos de vida dignos en lo urbano y lo rural, en los cuales los comensales cumplen un rol fundamental como garantes de la supervivencia de las formas agrícolas, que resguardan la seguridad y soberanía alimentaria mundial.  

BIBLIOGRAFÍA

(Altieri y Koohafkan, 2008; Niggli et al., 2007, Wall y Smit 2005, Muller, Osman-Elasha y Adreasen, 2012, Perfecto & Vandermeer, 2015). [JFB2] 

 

4 respuestas a «¿Mitigamos los causantes del cambio climático o nos adaptamos a él?»

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