El equipo de 3colibrís asistió al conversatorio: «¡Ese tal acuerdo no existe!. Incertidumbre frente a la implementación de la Reforma Rural Integral”, que tuvo lugar en la facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional, sede Bogotá, Colombia, el día 12 de noviembre.
El panel contó con la presencia de Alix Morales, líder de la Asociación Campesina de Inzá Tierradentro (ACIT), quien tiene una amplía trayectoria en relación con la defensa de los derechos humanos, la soberanía alimentaria, género, y también en la construcción de una paz con justicia social.

Flavio Rodríguez, director de Geografía de la U. Externado, que ha destacado por su experiencia en temas de ordenamiento rural, territorialidades, huella ecológica alimentaria, agroecología y posibles estrategias de abastecimiento; acaparamiento de tierras, entre otros.
Eberto Díaz, quién es referente y líder de la lucha social agraria, directivo de FENSUAGRO.
Y Federico Nariño, ex combatiente de las FARC- EP, y participante de la delegación para los Acuerdos de Paz.

Así pues, fueron estos los ejes principales que se siguieron en el conversatorio:
Situación actual de la implementación
Las expectativas de los acuerdos no se han cumplido y cada vez se alejan más de sus puntos iniciales, la no repetición del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera no es aún una realidad. Muestra de ello es el hostigamiento, la persecución y la masacre de líderes y lideresas que ocurre día tras día y con intensidad diferenciada en el país. Así como la continuación y expansión de proyectos extractivistas, de agronegocio, que suponen una amenaza para la vida y para la reparación de los tejidos que sostienen la naturaleza, que son los mismos que sostienen las comunidades.
¿No ha tenido, acaso, esta guerra como principales objetivos el campesinado y el territorio, y en definitiva la tierra?
Los acuerdos abrieron la expectativa de la redistribución de la propiedad de la tierra. Sin embargo, no se está legislando desde el congreso para llevar a cabo este punto, y tampoco se está dando un diálogo abierto para incluir en las leyes a aquellas que han sido excluidas desde las políticas (mujeres, víctimas, entre otras.). En resumen, hay una base legal de los acuerdos estancada y/o amenazada tanto por la desfinanciación como por su paulatina desarticulación que no se ha traducido en una base fáctica u operacional.
Así mismo, el punto 4 de los acuerdos, relacionado con la solución al problema de los cultivos ilícitos, e intrínsecamente relacionado al punto 1, resulta difícil de llevar a cabo mientras no se dignifique la vida campesina.
Eberto Díaz nos recuerda que: <<No se firman los acuerdos para las FARC sino para la paz>>
¿Existe una reforma agraria?
Tal como se plantea en el punto 1 de los acuerdos, se pretende una redistribución de la propiedad de la tierra donde 7 millones de hectáreas estarían en disposición de formalizarse para aquellos que la habitan. Y 3 millones de hectáreas que compraría el Estado para su posterior redistribución.
Por lo tanto, es una asignación desde el mercado y desde el territorio disponible, y no desde la expropiación, como lo fueron diversas reformas agrarias del siglo XX en América Latina. Bien explicó el profesor Flavio que sí bien no es una Reforma Agraria, apunta a resolver un problema transversal del conflicto armado y a dar garantías a la vida campesina.
Son muchas las cuestiones abiertas respecto a este tema, una de ellas es:
¿Cómo transitar desde la Reforma Agraria hasta la Soberanía alimentaria? Más aún cuando el tema apenas se aborda desde la seguridad alimentaria. Lo único constatable de todo esto es que: ¡esos tales acuerdos sí existen!; aunque aún estén en gran parte en la mera normatividad.
¿Qué hacer?
Cabe en este apartado, abrir con una frase célebre de Antonio Gramsci: “Ante el pesimismo de la inteligencia, el optimismo de la voluntad”.
Cierto es que el contexto político no arropa ni acompaña los acuerdos firmados en la Habana; no obstante, y como nos recordaba la lideresa Alix Morales; los acuerdos nacen dentro de un proceso social de base repleto de estrategias de paz. Así pues, todo intento de obstaculizar su implementación es insuficiente para detener estas estrategias.
Y frente a estos intentos ¿Qué está en nuestras manos?. Nuestras manos para articular y acercar lo rural y lo urbano. Muestra de esa capacidad movilizadora e incesante hemos tenido a lo largo de toda nuestra historia de vasto y diverso territorio, pero específicamente el Paro Agrario del 2013 permitió encuentros y reconocimientos entre unos y otros. Y quedó demostrado su potencial, el sentido de dignidad y la historia campesina enmarcada en nuestras historias de vida.
Inevitablemente, los nuevos gobiernos afines, son también parte del horizonte, para facilitar diálogos y avanzar en los procedimientos fácticos de estos acuerdos.
Así también, nuevos modelos de cooperación y relaciones solidarias, que nos permitan reinventarnos, aprendernos y desaprendernos, acompañarnos para seguir construyendo la vida, para darle continuidad. Y como decía el profesor Flavio << para seguir en la brega>>.

El papel de la academia
No olvidar la responsabilidad académica de construir en diálogo de saberes, de conectar todas las ciencias y las disciplinas para obtener una fotografía completa de lo que somos y habitamos. Somos seres sociales, biológicos, económicos, políticos, artísticos, etc. Y lo somos todo al mismo tiempo.
Así mismo, profundizar en las alternativas y las propuestas, las que están hechas, las que están por terminar y más aún todas aquellas que están por empezar. También, fortalecer la agroecología como herramienta, propuesta política, económica, ecológica, raizal y pedagógica.
Autora: Tania Fuentes.
Una respuesta a «“Incertidumbre frente a la implementación de la Reforma Rural Integral” [Cobertura evento]»