Clementina Barajas: la mujer que alimenta a más de 100 personas

En el mes de marzo queremos honrar y celebrar la vida de mujeres que han cambiado y dado lo mejor de sí mismas para pensar el campo desde otras perspectivas y que con su entrega y amor hacen que el rol de la mujer en el campo se fortalezca da día más.

Mi lema es ese: producir mi comida, la de mi familia y la de los demás.

Clementina Barajas

– Productora Agroecológica Colombiana-

Salir de Bogotá siempre es algo necesario, es algo bueno para despejar la mente, el alma y el cuerpo. A veces el ritmo de la ciudad nos carga de cansancios, dolores y un poco de impaciencia. Tal vez el futuro de la humanidad sea retornar al origen, al menos, es una pequeña hipótesis que tengo cuando siento, muy adentro, una necesidad agitada y tan profunda, de querer estar cerca a la naturaleza, al campo, a los árboles, esa necesidad arcaica de querer  respirar un poco de aire puro, sin contaminación.

:Fuente: 3colibrís.

Por lo anterior, nos fuimos varios integrantes del equipo de 3Colibrís,  a unas cuantas horas de nuestra ciudad, para emprender un pequeño viaje para conocer a una mujer bastante emprendedora que vive  Guasca,  Cundinamarca. El viaje siempre representa una transformación. Viajar aligera el ritmo mismo de la vida. Recorrimos varios paisajes cercanos a La Calera, fuimos dejando atrás el ritmo de la ciudad para ver paisajes de frondosa vegetación, frutos, pequeñas casas, pequeños negocios, comidas, colegios y así, durante casi dos horas, nos fuimos alejando, dispuestos a un nuevo encuentro, a una nueva experiencia.

Llegamos a Guasca , el clima se bajó. Es un poco más frío que Bogotá. Posteriormente,  tomamos transporte para ir a la finca CLEMENTINA ORGÁNICOS donde nos esperaba su anfitriona junto a su familia. Cuando llegamos la señora Clementina Barajas nos esperaba junto a sus perros y su cocina grande, con un gran mesón. Mientras nos sentamos Clementina nos recibe con mucha alegría, poco a poco, fuimos tejiendo un diálogo que se fue construyendo con las experiencias de su fortaleza, a continuación, les contamos varios aspectos de su vida y su emprendimiento orgánico.

¿ Quién es Clementina Barajas?

Doña Clementina es una mujer, abuela, esposa, madre que se  ha dedicado  junto a su familia, los últimos 25 años de su vida al cuidado y conservación de  CLEMENTINA ORGÁNICOS. Su vida ha estado, fuertemente, enfocada en la producción de alimentos, de hacer su propia comida . Resulta fundamental lo que nos cuenta sobre la necesidad de que los residuos de la cocina se pueden transformar, es decir, lo ideal es crear un sistema para transformar y no desperdiciar varios elementos que tenemos en nuestros hogares.

Clementina con su cachucha verde, su pelo recogido  y sus botas de lluvia, nos va narrando el proceso de emprender un negocio con una apuesta por lo agroecológico. En ese proceso ha sido fundamental la familia: para la logística, los correos, los pedidos. Todos se organizaron en pro de ayudar y trabajar en esta apuesta no solamente profesional, sino vital. “ A veces uno termina haciendo cosas diferentes a su profesión”,  nos cuenta, refiriéndose a que sus familiares tuvieron que aprender de esa relación con la tierra y empezar a distribuirse las funciones y poco a poco, ir aprendiendo otras cosas, sin ser necesariamente vinculadas a la profesión de cada uno.

A Clementina la hace feliz una larga y generosa cena con sus familiares. La comida es motivo de celebración.  La hace feliz poder relacionarse con la Pacha Mama , ver el crecimiento de sus semillas, sembrar, cuidar de su huerta orgánica.

La infancia

Escuchar el relato de los primeros años de vida de Clementina resulta ser un reflejo y una parte de la memoria colectiva de cualquier colombiano. Todos tenemos algún pariente que vino del campo, es como si todos viniéramos de ahí:  de la tierra campesina e indígena. Ella se crió en Zetaquirá, Boyacá. Su padre le decía que “ Todas las semanas debían sembrar algo. No importaba qué. Pero siempre debían sembrar algo” o si no la tierra no iba a dar sus frutos. En medio de esa necesidad de sembrar, de cosechar, de trabajar la tierra, de echar azadón fue creciendo Clementina.

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         El desarraigo: el viaje a la ciudad

Por andar pensando que la ciudad de Bogotá era siempre sinónimo de progreso y proyecto de vida dejó atrás el azadón, por el concreto, las calles largas e inmensas, los edificios altos, los trancones, los buses y la contaminación. Por andar pensando que la ciudad era más importante que el campo se fue. Cuando las personas crecen, dejan un poco la adolescencia, deciden migrar, buscar nuevas oportunidades en las grandes urbes.  Pero, a veces, la vida misma se encarga de mostrar ciertas enseñanzas frente al hecho de que las raíces, el origen, el hogar, la tierra, el campo también SON sinónimo de progreso. Es importante no olvidar de dónde venimos.

Doña Clementina dice que los jóvenes pueden migrar y eso está muy bien PERO para que estudien y se capaciten, que estudien para que se puedan quedar en el campo y contribuir con sus conocimientos a construir un mejor porvenir en el contexto rural.

Al llegar a la ciudad, Clementina tuvo grandes desafíos económicos, sociales y emocionales: “ Trabajé, sufrí mucho, me pegaron, aguanté hambre, tuve mis hijos”.  Luego de todas las adversidades, siempre llega la calma, las nuevas oportunidades, nuevas perspectivas para enfrentar la vida.

Fuente: 3Colibrís.

La resiliencia: “ Yo quiero hacer algo diferente”

Clementina conoció al señor Luis Antonio Murillo  y desde ese acontecimiento, su vida , cambió enormemente : “Ese hombre me sacó del barro”. Hay personas en la vida que, sin duda, ayudan a cambiar y re-significar lo que entendemos por amor y por familia. Esta mujer, fuerte, valiente, resiliente se dio la oportunidad de volver a enamorarse, amar.

Después, tomaron la decisión de volver al campo, a unas tierras que tenían y de re-construir una casa para vivir con sus hijos. En un principio, el municipio la acogió como desplazada, pero, poco a poco, ella fue dándose cuenta de que: “ Yo no quiero ser pobre, yo quiero producir mis alimentos”. Y así, la vida profesional de Clementina en tanto productora agroecológica empezó a tomar un rumbo fuerte con las capacitaciones sobre huertas caseras, agricultura orgánica , diálogos con indígenas del resguardo de Cota, encuentros de agricultores en Bolivia, aprendizajes para saber para qué servían las plantas, capacitaciones con mas de 200 horas de intensidad la fueron construyendo como mejor productora. Como dice ella: “ Estoy vieja y me sigo capacitando”.

Y así, empezó a unirse a la asociación de granjeros de Guasca para generar ventas y proyectos. Ella define su emprendimiento así: “ Somos una sociedad de amigos que producimos comida”.

Clementina tiene fe en que SI se puede vivir adecuadamente de la agricultura, siempre y cuando uno no se queda haciendo monocultivos y así puede ser más sostenible la huerta orgánica.

La finca

Es un terreno amplio, grande, repleto de gallinas, pavos reales, perros, conejos y grandes espacios de cultivo de hortalizas, legumbres, frutas, aromáticas con un sistema bien cuidado y sin ninguna necesidad de químicos, totalmente natural. A pesar de la breve lluvia, el frío, Clementina, su familia y el recorrido por la finca nos llenaron de nuevas iniciativas e inspiración para creer que los sueños si se pueden hacer realidad de a poquitos. Y así, con un tinto con panela, nos fuimos despidiendo, con muchas fotografías, videos, diálogos y aprendizajes.

Clementina Orgánicos

 Es una finca auto-sostenible , productora de alimentos, hojas y tallos, aromáticas y condimentarías, frutos, etc. De igual forma, por más de siete años tiendas orgánicas como Bioplaza, Green Market y Clorofila han comercializado sus productos. También, su finca ha sido un espacio para la realización de la terapia Gerson. Cuentan con una preocupación honda por la sabiduría ancestral, las costumbres agrícolas y la seguridad alimenticia para que el ser humano se alimente mejor. En definitiva, es una apuesta profunda por cultivar de una forma ecológica, sin utilizar pesticidas, abonos y herbicidas químicos.  Si usted tienen interés en ser voluntario,  la finca ofrece unas visitas formativas y el ecoturismo  para realizar actividades grupales o individuales para que los visitantes comprendan los sistemas agroecológicos.

Si usted está interesado en adquirir su mercado orgánico puede realizar su petición de compra al siguiente correo: denuestrafamiliaparasuhogar@hotmail.com . De igual forma, puede comunicarse con el señor Luis Antonio Murillo, esposo de Clementina y con ella. A los siguientes números: 321 216 83 22 / 311 893 02 06 / 313 833 53 15.  

Si desea ir a visitarlos se encuentra ubicados en el municipio de Guasca, departamento de Cundinamarca. Vereda La Floresta , Sector II ( Peña Negra), Finca San Luis y Alisal-

Fuente: 3Colibrís

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