«El desarrollo está en el campo, no se pongan a ver solo a la ciudad»

Para esta edición de 3colibrís hemos entrevistado a Viviana Alejandra Castaño, una joven colombiana de 19 años, nacida en Florida (departamento de Valle del Cauca). Viviana es una mujer que vive orgullosa de identificarse como campesina y dedicarse, en familia, a proteger más de 300 hectáreas de páramo en el suroccidente colombiano. Conoce su historia.

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Paisaje de páramo. Fuente: Viviana Castaño.

¿Quién es Viviana?

Viviana es una joven campesina llena de alegría que trata de ser muy divertida y a la vez muy seria, que siente y anhela defender la identidad campesina.

¿A qué te dedicas?

En este momento me dedico a estudiar, cuando puedo voy a la finca, a veces me queda muy difícil porque el estudio no me lo permite. Por ahora hago un técnico en agropecuaria y un diplomado en agroecología.

¿Para ti que significa ser campesina?

¡Ay, no! ¡Eso es lo más bueno que puede haber! Es algo tan bonito, es como la interacción entre el ser humano y el campo. Es la manera como tu cultivas y la relación que el ser humano tiene en el campo: liberad. Pues puedes cultivar, saber que las semillas que cultivaste van a cosechar, es saber que todo en la vida tiene un proceso.

¿En qué momento de tu vida te comenzaste a sentirte campesina?

Gracias a mi mamá me siento orgullosa de ser campesina. Ella ha trabajado con una organización donde tenemos la finca, una fundación ecológica, que ha sido vulnerada por el Estado. Ver todos los procesos que mi mamá ha tenido con la organización y con las comunidades, como ha tratado de ayudarlos me transmite ese sentir de quererlos ayudar para que tengamos más oportunidades de salir adelante, de que haya un desarrollo.

¿Cómo funciona tu proyecto?

La finca queda a 45 minutos del municipio de Florida, es una zona de páramos. Allá nacen las Lagunas de Esperanza, Caridad, El Cristal y El Tesoro, que le decimos el hoyo. Lo que más se da en nuestro territorio es el agua, son las lagunas que abastecen de agua a Florida, Villa Gorgona y Candelaria. Tenemos muchos frailejones, propios del páramo.

Anteriormente, cultivábamos habas, papa, cubios y demás tubérculos andinos pero como hemos aprendido que los páramos son fundamentales para regular los ecosistemas hemos reducido la actividad agrícola para dedicarnos a conservar los páramos. Por ahora no estamos cultivando nada, en su lugar sembramos frailejones y especies endémicas para que aumente el caudal.

Tenemos 192 hectáreas en una y en la otra 160 hectáreas, la mayoría dedicada a la conservación. Este territorio lo han conservado tradicionalmente mis abuelos, trabajaron un poco la ganadería pero han destinado la mayor parte del espacio para la conservación.

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El precioso territorio que conserva Viviana junto a su familia. Fuente: Viviana Castaño.

¿Cómo sientes que está conectado lo que pasa en todas esas hectáreas con tu proyecto de vida?

¡Todo! Yo a veces me pongo a pensar y digo: este es como mi motor, es mi motivación, porque es un privilegio que mi familia tenga algo tan grande, algo donde nace agua, es la grandeza de Dios ¡Si uno se pone a observar cada punto! … eso es algo… ¡es muy lindo! Uno se conecta con ver tanta maravilla, ver ese páramo … ¡uff! ¡Es grandiozo!

¿Cómo se organiza tu familia para cuidar el páramo?

Como es zona de páramo no podemos tener muchas personas pero está mi familia, hay una prima y su esposo. Casi no suben personas para la conservación.

¿Cuáles son tus principales retos para conversar las fincas?

Hay varios, creo que el más grande es enfrentarnos a las multinacionales que quieren aprovechar el agua, la problemática que existe entre indígenas y campesinos por el aprovechamiento del agua y el turismo: crear una forma de turismo consiente.

¿Cómo te sueñas tu proyecto en 5 años?

Me lo sueño con una gran parte aislada, con hermosos senderos ecológicos, con un turismo: adecuado, sostenible y compartido, es decir, que llega la persona de la ciudad a vivir nuestra cotidianidad como campesinos: que nos acompañen a ordeñar la vaca, a sembrar y que eso le quede como experiencia al que nos visita.

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Sin agua no hay vida. Fuente: Viviana Castaño.

¿Para ti qué es la agroecología?

Es la forma como podemos hacer los abonos con las mismas cosas que tiene la tierra, no necesitamos de agroquímicos. Es volver a como éramos antes, como abonaban nuestros abuelos o nuestros antepasados los cultivos, es la sostenibilidad del cultivo ayudando al medio ambiente. Para no poner en riesgo al alimento, al ser humano, a la naturaleza, a la vida, a ¡nada! Es retomar nuestra cultura ancestral.

¿Cómo hacer para que los jóvenes nos metamos en este cuento?

Tenemos que hacernos conscientes de que el campesino es muy importante para nuestro diario vivir, si no fuera por un campesino nosotros no podríamos tener esas deliciosas verduras … o lo que comemos.

El desarrollo no es exclusivo de la ciudad, en el campo hay un gran desarrollo y en el campo tenemos procesos distintos. Además acá podemos tener más libertad, podemos respirar aire puro. De acá salen los productos más provechosos para nuestra vida: los minerales y los nutrientes para nosotros como seres humanos.

¿Qué mensaje le darías a los jóvenes del campo que desean irse para las ciudades?

¡Cambiemos ese chip! El campo es lo más bueno que puede haber en la vida. El desarrollo está en el campo, no se pongan a ver solo a la ciudad. Ahí existen muchas búsquedas momentáneas pero lo fundamental uno lo puede encontrar, también, en el campo: la tranquilidad, la libertad, la paz. Podemos sembrar y nuestra tierra es muy fértil. De acá sale todo lo que necesitamos para nuestra buena salud y nuestra buena mentalidad. Se beneficia también nuestra espiritualidad.

¿Qué mensaje darías a los jóvenes de la ciudad que desconocen el campo?

Que investiguen un poco más sobre el campo, los invito a dejar el consumismo -a los que compran desmedidamente- y que reflexionen sobre la manera como se están alimentando: si eso le hace bien a su salud y si conocen el origen de sus alimentos. Que comiencen a reflexionar, también, sobre su historia propia porque todos tenemos una relación ancestral con el campo, todos tenemos un familiar que viene del campo.

Tenemos que mirar el campo como una fuente de oportunidades, además necesitamos unirnos todos para proteger nuestros ecosistemas. Los invito a visitar y proteger el campo cuando viajan. Si no cuidamos nuestro ambiente, ¿Qué será de nuestra vida? Apoyen el campesino. Colombiano compra colombiano.

Si conoces historias inspiradoras como la de Viviana, te invitamos a escribirnos a anapradap@gmail.com #SomosTejedores.

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