A Don Emiliano Páez

Autora Ana Prada.

La mejor manera de honrar a quienes no están con nosotros es recordarles y llevarlos en nuestra memoria. Para esta edición de 3Colibrís quisiera honrar la vida y memoria de mi abuelo materno Don Emiliano Páez Vargas, cuya vida tiene todo que ver con el nacimiento de 3Colibrís hace 7 años.

Las conversaciones con mi abuelito sobre la epoca de la violencia en Colombia durante la segunda mitad del siglo XX me conectaron profundamente con mi deseo de irme por la sociología rural como vocación y querer indagar sobre la manera como las conversaciones y conocer la Colombia rural puede contribuir a la transformación de conflictos para la construcción de paz.

La distancia y el tiempo nos da una perspectiva particular de la vida misma. Según la tradición judía Dios hace un trato con sus hijos e hijas más notables dejándoles vivir hasta los últimos días del año en el que están llamados a trascender, entonces no nos sorprende que Emiliano, nuestro esposo, papá y abuelito nos acompañara hasta los últimos días de 2022.

El abuelito Emiliano nació en 1927 en una familia humilde de Nuevo Colón, Boyacá. A sus 5 años perdió a su mamá, a los 8 a su papá y se tuvo que hacer cargo de sus hermanos y hermanas. Con su primer sueldo se compró su primer traje, porque siempre supo que las personas de negocios tienen que lucir elegante, para que las personas quieran cerrar tratos con ellos.

Hijo de la despensa agrícola de Colombia, Boyacá, aprendió del negocio de la comercialización de la papa y lo convirtió en su profesión. Durante sus primeros años se dedicó a viajar por toda Colombia comercializando papa especialmente. Viajó por Norte de Santander, por Nariño, por la Costa, por Tolima, por el Caquetá, el Huila y se fue haciendo su capital porque era muy inteligente para los negocios y un ser humano muy confiable. Antes de conocer al amor de su vida tuvo que escapar al Tolima y resguardarse en una finca de los chilavies que lo querían matar por el pecado capital de ser liberal en los días del Gaitanazo. De ahí el amor de Emiliano por la música y el folclor Tolimense.

La mayor muestra de la inteligencia del abuelito Emiliano es la mujer que eligió como su esposa y madre de sus 9 hijos, Ema Alicia Castro. A sus 27 años el abuelito se casó con Ema, se mudó a Bogotá y comenzó su negocio en Corabastos. En la mejor sociedad de su vida, con la abuelita Ema, logró tener casa propia, un carro, que parecía carro de payasos con todos sus hijos que llevaba para todas partes, una vida llena de viajes a México, a Guatemala, a Estados Unidos y por Colombia, también logró inspirar a 9 hijos profesionales, incluyendo a sus 4 hijas, que era poco común en esos días.

Más adelante sus hijos se involucraron en el negocio de la papita, para alimentar a familias de toda Colombia con papa sabanera, pastusa y R-12 de la mejor calidad. Con el tiempo, la bodega de Corabastos pasó a llamarse “Emiliano e Hijos”, que vendían papa a las empresas más grandes de Colombia, incluyendo Margarita, que hoy se conoce como Frito Lay. Su trabajo honesto e incansable, en la primera mitad de los 90s lo hizo merecedor de la Cruz de la provincia de Márquez, un reconocimiento que el departamento de Boyacá entrega únicamente a sus hijos e hijas más notables.    

En la primera mitad de los 90s, viendo a 5 de sus hijos dedicarse a la salud, el abuelito compró lo que por muchos años fue la Clínica Páez, cumpliendo su sueño de ver a sus hijos e hijas cuidando de otras personas con su profesión unidos en familia. Desde los 2000s el abuelito Emiliano se dedicó más a su rol de abuelito y bisabuelo, llenando de amor a toda su descendencia. Amor que ha trascendido barreras y países. También se dedicó a conocer el mundo, a viajar con su amada familia y su amada Ema.

Con toda la gratitud a mi abuelito Emiliano por enseñarme a escalar mundo.   

No podía dejar de cerrar este escrito sin recordarnos familia que como el abuelito solía decir,

Un día más, es un día mejor. 

3 respuestas a «A Don Emiliano Páez»

  1. Además de padre y abuelo; Emiliano Paez fue amigo, líder y mentor para muchos. Ha dejado un legado no solo para sus generaciones sino en las generaciones de sus amigos.
    Gracias familia Páez Castro!

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