Junio nos brinda la posibilidad de repensar nuestros desiertos en nuestro continente y en el caso de nuestro país, nos pone de frente a la realidad de La Guajira y la incontable sabiduría que nos regala la comunidad wayuu con sus danzas, literatura, cosmogonías, artesanías, etc.
Según la ONU: «De cara a 2025, 1800 millones de personas vivirán una escasez absoluta de agua. Además, dos tercios de la población mundial no dispondrán de suficientes recursos hídricos».
“En 2045 alrededor de 135 millones de personas en todo el mundo pueden haber sido desplazadas como consecuencia de la desertificación».
“Hablamos de una compleja amenazada medioambiental que irrumpe con fuerza en el ámbito socioeconómico, causando más muertes y desplazamientos humanos que cualquier otro desastre natural.”
Por lo anterior, el 17 de junio se celebra el día mundial de la lucha contra la desertificación y la sequía.
Para mayor información: https://www.unccd.int/actions17-june-world-day-combat-desertification/celebrate-2019wdcd
https://www.un.org/es/events/desertificationday/
Por: Angie Lucía Puentes Parra
Bendición Que el cielo florezca sobre tu cabeza.
Humberto Ak’abal. ( 1952-2019)
Poeta Maya
El V Encuentro Intercultural de Literaturas Amerindias (EILA) tuvo como eje central las Escrituras Propias, Extractivismos y Cantos de Aves, se llevó a cabo en Bogotá (Universidad Javeriana, Biblioteca Nacional y Feria del Libro), Guatavita (Laguna y plaza principal- Teatro) y Riohacha, La Guajira (Banco de La República- Biblioteca Héctor Salah Zuleta y Ranchería Aremasaiin del 25 de abril al 2 de mayo de abril de 2018. Este es un encuentro que ya ha tenido otras versiones en otros territorios de Latinoamérica: “El EILA está concebido como un encuentro que hermana y discute procesos análogos y disímiles. Postula la continuidad y diversidad de los proyectos amerindios, sus vínculos con las ancestralidades- modernidades. El EILA se originó en el encuentro entre creadores indígenas e investigadores, y se formalizó como espacio de encuentro intercultural con la participación de la Universidad Austral de Chile y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Las sedes anteriores fueron Valdivia, Lima, Iquitos y La Paz. El V EILA busca abrir canales de comunicación que permitan fortalecer el estudio y apreciación de las artes verbales, oralituras, literaturas, visualidades, escrituras propias y culturas indígenas continentales” (Rocha, 2017)
Las propuestas y los paneles giraron en torno a los siguientes ejes temáticos: Narrativas y poéticas críticas sobre impactos del extractivismo en territorios indígenas y colectivos. Cantos de aves. Diálogos entre ciencias y saberes poéticos y narrativos sobre las aves. Ornitologías en diálogo. Oralituras (escrituras literarias que evocan e incorporan oralidades, visualidades, gestualidades y saberes comunitarios). Oraliteraturas (literaturas orales o de transvase de la oralidad). Proyectos de educación intercultural en donde las oralituras y literaturas indígenas cumplan un rol particular. Archivos, fondos editoriales, blogs, páginas web, bibliotecas, etc. Literaturas indígenas en trabajo comparado con otras literaturas del mundo. Lenguas nativas y creación literaria. Comunitivismos (activismos comunitarios desde y a través de la literatura). Estado de las propuestas teórico–críticas de y desde las literaturas amerindias. Conceptualizaciones desde los géneros verbales de las artes verbales indígenas. Literaturas visuales y en códigos de complementariedad oralidad-escritura más allá de lo alfabético (escrituras propias). Textualidades y visualidades (literatura y cine, literatura y radio, literatura y documental, etc.).Propuestas sobre otras historias literarias del Abya Yala. Estudios afro-indígenas y narrativas sobre reconciliación y construcción de paz. Las modalidades iban desde conversatorios y recitales con creadores indígenas, ponencias académicas, performances, mini- festival de cine y video indígena hasta una Exposición de arte titulada Soberanía Visual, mini feria de libro y venta de artesanías indígenas.
Fuente: Angie Puentes.
Uno de los principales aciertos del V EILA fue generar un espacio de diversidad tomando como epicentro las literaturas indígenas para generar diálogos, saberes, interculturalidad, interdisciplinaridad, en un contexto intergeneracional donde no se privilegiaba solamente a los grandes académicos con cierta trayectoria, sino entre todos desde jóvenes hasta abuelos se tejió conocimiento, saberes, perspectivas académicas y humanas que logran conectarnos como continente, como latinoamericanos pero desde nuestra propia humanidad. Sin necesidad de privilegiar a un escritor aclamado y ya, sino enriquecer el sentido mismo de la minga1, es decir, del trabajo comunitario.
Los ponentes, invitados- escritores, voluntarios y asistentes tuvieron una gran receptividad y buena actitud lo cual demostró un interés profundo por el Encuentro. Todos demostraron bastante gratitud. Cabe resaltar que tuvimos una inmensa riqueza intercultural: comunidad inga, wayuu, misak, embera, arhuaca, wiwa, kogui, mapuche, maya, entre otras de nuestro país y el continente. Asimismo, invitados de Estados Unidos, Chile, Argentina, Perú, México, Brasil, entre otros, facilitó un verdadero diálogo intercultural entre todos, profesores, estudiantes, egresados, profesionales, etc.
De igual manera, fue la oportunidad de re-significar el rol de los estudios literarios en Colombia frente a las literaturas indígenas y el papel mismo de la literatura con estas comunidades. ¿Qué están haciendo los Estudios Literarios por los procesos de extractivismo y por la ayuda a las comunidades indígenas en el país? Esa fue una pregunta amplia que se fue respondiendo a lo largo de los días del encuentro. Asimismo, de la urgencia que tiene el campo de lo literario de ser re-pensado desde la pluralidad, desde la interdisciplinaridad, desde la interculturalidad. Actualmente, ante la crisis ambiental, política y social en la que estamos sumergidos en tanto colombianos, se requiere que los estudios literarios sean cada vez más comprometidos, más empáticos con lo que se realiza el continente, en vez, de seguir re- estudiando el canon europeo.
Por otro lado, permitió pensar en el rol de la educación intercultural y la enseñanza de las ora-literaturas en el contexto de Latinoamérica. ¿De qué manera la didáctica de la literatura está contemplando e incluyendo las literaturas indígenas en su currículo y prácticas pedagógicas? Los paneles, los encuentros, los recitales, los intercambios ayudaron a responder lo anterior, generando nuevas estrategias para la enseñanza en la educación básica, media y universitaria. Es vital que la educación intercultural tenga un rol en el país ya que contamos con una riqueza de 65 lenguas indígenas que están en peligro de extinción por la falta de arraigo que tenemos sobre nuestras comunidades indígenas.
1 Minga1.
Del quechua mink’a.
- f. Arg., Chile, Col., Ec., Par. y Perú. Reunión de amigos y vecinos para hacer algún trabajo gratuito en común.
- f. Ec. y Perú. Trabajo agrícola colectivo y gratuito con fines de utilidad social. Real Academia Española © Todos los derechos reservados.
También, el hecho de tener la venta de artesanías y joyería de la comunidad Embera posibilitó que el Encuentro tuviera un compromiso social con las victimas del desplazamiento indígena que están en la ciudad. Entonces, no se queda el Encuentro en un mero intercambio de saberes académicos y de la élite que si tiene acceso a la educación, sino cumple con ser un puente capaz de comunicar necesidades, conectar personas, visibilizar injusticias sociales y evidenciar el desarraigo por el territorio que tienen varias comunidades del país.
Y, ahora, ¿qué puedo decir tras “bambalinas”? tras terminar días repletos de diálogos, saberes compartidos, reafirmar las raíces y contemplar ese mundo compartido a través de la palabras, del fogón, de la metáfora de la minga, de la danza, de la música, de la poesía, ese mundo entrañable que navega entre recuerdos de risas, abrazos, bailes, inmensa sabiduría y comprensión de nuestro propio mundo.
¿Qué se puede decir? De los nervios del primer día, de la inauguración, de las mujeres Embera colocando unas manillas que decían EILA , de recibir y conocer invitados que habíamos esperado por tantos meses, de la apertura de una exposición de arte: Soberanía Visual, de las caminatas, de encontrar los invitados, de guiar, de amar y servir inmensamente a tantas personas provenientes de tan diferentes latitudes, de ese encuentro que se genera en el amor por lo que uno hace, de amar inmensamente esos instantes de profundo encuentro, comprensión, de reír con todo y los nervios, con todo y el estrés, con todo y el miedo, de reír y poner en marcha un sueño colectivo tejido a tantas manos.
Fuente: Angie Puentes.
De encontrarse en la risa de una niña llamada Kashii (luna, en wayuunaiki), de jugar con los niños a hacer la lluvia en medio del desierto, de conocer abuelas, una laguna llamada Guatavita, de volver a ver el mar después de tanto tiempo, de ser de ciudad, de buscar las raíces, de re-afirmarse, de interpelarse e interrogarse una y otra vez por la identidad, por el qué será ser bogotana, de ciudad y estas fronteras que nos llaman al encuentro de tejer con y para los otros. Y así, supe lo que debía decir y más allá de eso, supe la mejor manera de cerrar y llenarme de inmensa gratitud por tanto bien recibido a lo largo de los días del Encuentro. Esperamos que EILA siga siendo un motor para sembrar nuevas inquietudes, luchas, resistencias y re- significaciones de nuestro rol como ciudadanos en medio de un territorio tan diverso y con una inmensa necesidad de escucharnos más, de encontrarnos más. Como diría Ak’abal, el cuerpo viaja, el recuerdo se queda. Y ojalá que EILA sea más que una memoria. Yo quisiera que sea un recuerdo que movilice, que abra puentes, brechas y construya nuevas narrativas de paz y reconciliación.
Fuente: Angie Puentes.
En la actualidad, existen brechas enormes entre el mundo académico y las vivencias de los estudiantes. Asimismo, entre sujetos de la ciudad y del espacio rural. Ante un mundo repleto de indiferencia, exclusión y falta de empatía, el V ENCUENTRO EILA, brindó la posibilidad de re-significar a través de las literaturas indígenas, el cine, el arte y la danza los espacios de encuentro entre el mundo académico, las vivencias de las comunidades indígenas y estudiantes. Cabe decir que fue un encuentro tejido por estudiantes, egresados del pregrado en Estudios Literarios y profesores, sin duda, el trabajo intergeneracional a la hora de gestionar el proyecto, fue fundamental. Al presente, las dinámicas laborales exigen de mayor apertura a las relaciones horizontales, sin jerarquías y comunitarias ya que, en este caso, permitieron nutrir de una manera positiva y holística nuestro quinto EILA.
En alguna calle de esta ciudad
mueren varios indígenas emberá, de hambre. Indígenas sin tierra.
Rebuscando la comida: hambre.
Dios: teje con mayor justicia para ellos. Para nosotros.
A lo lejos, en esta fría, lluviosa y enorme ciudad
un emberá muere de hambre, un bebé llora de hambre.
Que se abran caminos
Que se abran los corazones Que se abran manos
Que den de comer al que tiene hambre.
Mayor información: https://www.elespectador.com/noticias/cultura/eila-2018-v-encuentro-de-literaturas-amerindias-articulo-726620
Segunda semana de junio:
Entre desiertos y luchas: la literatura de Estercilia Simanca
“Se sentó debajo de la enramada
y empezó el tejido que la doncella desconocida le había enseñado.
Iiwa sonreía al ver como al combinar
los hilos iban surgiendo figuras perfectas,
que sorprendían a las viejas Yotchón y Jierrantá”.
ESTERCILIA SIMANCA
( Aquí puedes colocar la foto que dice Estercilia y Angie)
Más allá de lo que he hecho y compartido con mis estudiantes frente a los libros de esta autora en mis prácticas pedagógicas como docente de literatura en colegios en Colombia, quisiera decir que la literatura de la autora wayuu Estercilia Simanca me ha permitido encontrar un nuevo rumbo en la manera de concebir a la mujer colombiana, indígena y re pensar mis lógicas de mujer de ciudad.
Por ejemplo, con su cuento “Manifiesta no saber firmar: nacidos el 31 de diciembre” podemos revisar y encontrar varias injusticias que ha tenido la comunidad indígena en los procesos electorales, si quiere informarse más de esta problemática que tiene como inspiración una realidad social puede ampliar con este documental: https://www.youtube.com/watch?v=jrVm8aK3ja0&t=123s. Este cuento nos hace re pensar la manera en que la literatura si es capaz de denunciar realidades sociales y ejemplificar de qué manera los derechos de varios ciudadanos colombianos han sido silenciados. Lo anterior, se da en el contexto de un país que aún no se piensa de verdad como un país intercultural, que no está abierto a incluir a más de las 65 lenguas indígenas en su actualidad. Por ende, la comunidad wayuu ha sido fuente de resistencia, de fortaleza y de luchas inmensas.
Por otro lado, pienso en cuentos como Julamia y el encierro de una pequeña doncella donde la mujer pasa por múltiples etapas para crecer, para convertirse en una mujer wayuu, el rito del encierro, el pago de la dote para poder casarse, en fin, prácticas culturales que obedecen a una lógica interior de esta comunidad, las cuales revelan una visión de una mujer arraigada a los ciclos, a la tierra, al tiempo, a re pensarse. Hace un año, conocí La Guajira, pude ir a Jepirra, cerca al cabo de la vela, que es un lugar sagrado para la comunidad ya que tienen el pensamiento que es ahí donde van ellos después de morir. Pude hablar con varias mujeres de sus mujeres, del arte y espiritualidad que se alberga en las mochilas. Pregunté a mujeres mayores y jóvenes sobre el encierro y comprendí que en nuestra actualidad, esas prácticas desaparecen por el avance de nuestro tiempo de afán, de velocidad, las jóvenes ya no les interesa ese tipo de prácticas. El encuentro de la modernidad con las visiones indígenas se actualiza y debe ser así, sin embargo, pensar en estas mujeres con sus vestimentas de largas telas y colores me hace pensar en la profundidad que guardan estas mujeres.
Fuente: Angie Puentes.
Finalmente, quisiera compartir que la literatura de Estercilia Simanca merece ser leída y tenida en cuenta cuando hablamos de literatura colombiana ya que es una obra con una profunda perspectiva intercultural de lo que viven las comunidades en medio del desierto, del abandono del estado y de las profundas injusticias. Allí, en medio del desierto, comprendí la resequedad, la búsqueda de satisfacer la sed, los niños haciendo un peaje a los turistas para poder recibir agua o comida, en el desierto los espíritus de sus muertos siguen acompañando sus rumbos, siguen cuidando, en el desierto se construyen miles de familias que siguen danzando al son de una Yonna (danza típica wayuu) y así van levantando a sus hijos desde ese mundo arijuna ( persona no wayuu) y wayuu, abriendo sus pasos, su corazón al desarraigo y a las migraciones porque se acabó el agua.