La mujer como guardiana de semillas y culturas ancestrales.

En esta ocasión queremos compartir una reflexión sobre el valioso papel que la mujer campesina latinoamericana ha desempeñado en la conservación de las semillas nativas, como custodia de la rica diversidad biocultural que compartimos los pueblos latinoamericanos.

La lucha como lugar histórico de la semilla.

Históricamente las semillas han ocupado un espacio de lucha, reflejo de una larga lista de conflictos sociales en los que diversos actores han buscado imponer su propio sistema de ideas como única verdad, queriendo eliminar la diferencia ante una incapacidad de convivir con ella. La importancia de las semillas recae en su directa relación con nuestra soberanía alimentaria, la definición de nuestra herencia histórica y nuestro futuro.

Las semillas no fueron creadas para permanecer estáticas, porque ellas igual que los seres humanos hacen parte de un proceso de constante creación. Para nuestros pueblos ancestrales las semillas ocupaban un lugar muy especial ya que hacían parte de intercambios entre comunidades, permitiendo diversificar la producción de alimentos y proteger los suelos de enfermedades.

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Semillas de acelgas listas para ser cosechadas. Fuente: 3colibrís.

Cada semilla representa la vida y es fundamental para la existencia de todo aquello que nos rodea. Según su ciclo vital cada semilla determina el tipo de alimento que consumiremos, es por ello qué quien controla las semillas controla el derecho a la alimentación, la soberanía alimentaria y la soberanía política de los territorios. Además, las semillas nos transportan a nuestro pasado porque en cada semilla habitan años de conocimiento y prácticas ancestrales provenientes de las comunidades campesinas en todo el mundo. Debido al particular lugar que la mujer campesina latinoamericana ha ocupado históricamente en la familia campesina como cuidadora, ella ha sido principalmente quién ha conservado la diversidad de semillas en Latinoamérica, resistiendo pese a fuertes presiones por mercantilizar e industrializar a la semilla: una de las más nobles muestras de vida que existen.

El lugar de la mujer campesina y las semillas.

En Latinoamérica, las mujeres se han encargado durante siglos, mucho antes de la conquista, de seleccionar, conservar y administrar una gran variedad de semillas,  investigadores latinoamericanos aseguran que su imagen está asociada a la reproducción en el campo y a la seguridad alimentaria de sus pueblos, la mujer tiene la valiosa capacidad de dar vida, en todas las múltiples formas que se puede dar vida en este mundo.

Para Miriam Rocío Ceballos, campesina de Nariño, Colombia, “Dentro de su familia la mujer campesina da esperanza, de ideas de soluciones y emprende desde lo pequeño (…) la mujer campesina es indispensable en el desarrollo del campo”. Generalmente, en la vida campesina mientras la semilla permanece en la chacra o milpa, el hombre es responsable de las actividades de cosecha y de transporte y la responsabilidad de la mujer comienza al entrar la cosecha en la casa, es así qué a través del cuidado de la semilla y de la gastronomía se protege nuestra diversidad biocultural.

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Miriam Ceballos, en la conferencia internacional “Tierra y territorio en las Américas: acaparamientos, resistencias y alternativas reflexiona sobre la mujer campesina como símbolo de resistencia. Fuente: 3colibrís.

En la chacra o milpa, la organización social tiende a ser distinta a la ciudad, pues existe una clara división de roles entre hombres y mujeres que corresponde a una construcción social, sin que esto implique necesariamente que las posibilidades de las mujeres se vean limitadas, a pesar de que socialmente y políticamente la mujer rural ha ocupado un espacio marginal en las sociedades latinoamericanas.

Para Alain Dugloz, agricultor peruano y estudioso de la cosmovisión andina, el machismo llegó a Latinoamérica con la conquista española, ya que existen pruebas de que en las comunidades nativas ancestrales las personas podían escoger libremente su sexualidad, de hecho, las personas que nacían en el cuerpo de un hombre y decidían comportarse y vestirse como mujeres eran valorados positivamente en las sociedades andinas ancestrales, lo que era visto como una aberración para la iglesia católica. Es así como, una enseñanza valiosa que nos dejan los pueblos nativos Latinoamericanos es que hombres y mujeres ocupan un valioso lugar en la vida comunitaria, en su diversidad.

Mujeres custodias.

Las personas que se dedican a custodiar semillas tienden a ser personas conscientes de la conexión que existe en cada organismo que compone el universo. Existen historias de guardianas de semillas por toda Latinoamérica, mujeres reales que trabajan a diario por conservar nuestra rica diversidad, convencidas de que si hacemos consciencia del origen de la semilla tendremos sociedades más amorosas. A continuación, compartimos algunas historias, de las miles que existen en Latinoamérica, de mujeres valientes, trabajadoras y amorosas que se dedican a conservar semillas nativas en casa de semillas o reservorios resguardando hortalizas y plantas medicinales.

Layli Moreno y su mamá Mauricia, en Loroco, Costa Rica. Layli y mamá Mauricia son indígenas Bribri, ellas viven en una preciosa finca de dos hectáreas en Talamanca, Limón, han dedicado su vida a preservar la riqueza de la selva costarricense sembrando hortalizas, tubérculos, maíces, frutales y cacao entre otros, además son las creadoras del primer reservorio de semillas de la comunidad Bribri. Como si fuera poco, en Loroco Layli y mamá Mauricia destinan en su huerta espacios para compartir saberes con la comunidad sobre cómo implementar técnicas de cultivo que vayan en armonía con la naturaleza, como propone la cosmovisión Bribri.

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Layli y mamá Mauricia trabajan de manera incansable por conservar la diversidad biocultural del pueblo Bribri. Fuente: Layli Moreno.

Gloria Portillo, Red de Semillas, Colombia. Gloria nació en el corregimiento de Yacuanquer, un territorio mayoritariamente campesino, donde predominan las chacras. Desde que nació, Gloria siempre estuvo rodeada de cultivos y de la cosmovisión andina, desde niña ya era guardiana de semillas, con su papá recogía y guardaba semillas nativas para proteger la diversidad de su territorio. Más adelante con la Red de Guardianes de Semillas de Vida en Colombia, una de las redes más reconocidas de Latinoamérica, se crearon nodos de guardianes de semillas con personas de distintos lugares de Colombia. Actualmente la Red de Guardianes de Semillas de Vida en Colombia tiene más de 1000 semillas orgánicas.

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Para Gloria Portillo ser guardiana de semillas es algo que viene de familia. Fuente: Gloria Portillo.

Denisse García, Vida A.C., México. Esta mujer veracruzana junto a su familia lidera uno de los procesos comunitarios más significativos del estado, en Piedra Parada, cerca de Coatepec y de Xalapa. Trabaja de la mano de la comunidad en el desarrollo de un sólido proceso organizativo que incluye grupos de ahorro y crédito, apicultura, producción y comercialización de café orgánico a través de Femcafé una valiosa iniciativa que empodera a las mujeres campesinas del territorio y el cultivo de plantas medicinales. Además, en su hogar Denisse y su familia conservan la diversidad ancestral que durante años han resguardado las montañas veracruzanas, en semillas y cultivos diversos.

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Denisse es la cara visible del sólido proceso comunitario que se ha tejido en Piedra Parada. Fuente: 3colibrís.

Fernanda Meneses, Red de Guardianes de Semillas, Ecuador. Fernanda vive en Tumbaco con su familia, es una mujer curiosa y amante de la diversidad biocultural Latinoamericana. Su motivación para convertirse en guardiana de semillas la descubrió varios años atrás, al identificar cierta dificultad de conseguir semillas orgánicas y diversas, sumado a la presión que ejercen grandes empresas para que el agricultor trabaje con semillas que están atadas a un paquete tecnológico. Desde su huerta en Tumbaco, Fernanda es una cuidadora de semillas, ella las cultiva, selecciona y guarda. Basta con cruzar un par de palabras con esta dulce mujer para inspirarse por todo el cariño que ella dedica al cuidado de la diversidad en Ecuador.

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Fernanda con su familia en su hogar, una preciosa bioconstrucción. Fuente: 3colibrís.

A pesar de la tendencia de las sociedades modernas de diferenciar el individuo y distanciarse de la naturaleza, es vital que recordemos que somos con y en ella, aunque a veces pareciera que la naturaleza existe a pesar de nosotros. Te invitamos a reconocer el valioso aporte que hacen a diario las familias campesinas en tu vida y reconocer el papel de la mujer campesina latinoamericana como guardiana de semillas.

4 respuestas a «La mujer como guardiana de semillas y culturas ancestrales.»

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